El nacionalismo musical

El nacionalismo fue una corriente artística que derivo del Romanticismo y utilizo elementos folclóricos en la composición de música culta. Los autores nacionalistas tomaron como fuente de inspiración las costumbres de su pueblo y el paisaje de su tierra. En las décadas de 1920 y 1930 fueron muchos los compositores nacionalistas que adquirieron importancia en America. En el Uruguay, los tres autores mas destacados de esta tendencia fueron Eduardo Fabiani, Alfonso Brocqua y Luis Cluzeau-Mortet.



Eduardo Fabini (1882-1950), que realizo estudios en el Conservatorio La Lira de Montevideo, viajo en 1900 a Bélgica para estudiar violín y composición, y alii escribió dos Tristes para piano utilizando temas de su tierra, siendo el primer americano que obtuvo el Primer Premio y Medalla de Oro al egresar del Real Conservatorio de Bruselas.

Campo (1922) fue su primer poema sinfónico, interpretado por Ricardo Strauss con la Orquesta Filarmónica de Viena en el Teatro Colon de Buenos Aires, y en 1926 estreno otro poema sinfónico, La Isla de los ceibos. Estas dos piezas fueron grabadas por la compañía discográfica RCA Victor con la Orquesta Filarmónica de Nueva York, bajo la dirección del maestro ruso Vladimir Shavitch.

En un segundo período, Fabini se alejo de los asuntos folclóricos y se sintió atraído por temas ciudadanos. Compuso Melga Sinfónica, movimiento que la OSSODRE estreno en 1931, el ballet Murucuyá, sobre un texto de Fernan Silva Valdes, y el ballet infantil Mailana de Reyes, con temas del cancionero infantil anonimo.



Alfonso Brocqua (1876-1946) vivió temporadas en Montevideo y otras en Paris, donde compuso muchas de sus obras. En la capital uruguaya realizo trabajos críticos sobre cuestiones musicales y sobre el propio nacionalismo como corriente musical. El poema lírico Tabare (1910) es una de sus piezas principales, con la que marco el initio del nacionalismo musical en el Uruguay. En 1911 dio a conocer tres obras para piano de carácter nacionalista: Ante una tapera, Alba entre los ceibos y Payadores, agrupadas bajo el titulo Poema de las lomas.



Luis Cluzeau-Mortet (1889-1957) pertenecía a una familia de tradición musical. Compuso obras basadas en textos de poetas uruguayos. Sus primeras creaciones fueron piezas para piano: Carreta quemada (1916) y Pericón (1918). Siempre dentro de la corriente musical nacionalista, escribió obras para canto y piano y para piano solo y las piezas sinfónicas La siesta, Llamas, Soledad campestre y Rancherío.



Llamas, Soledad campestre y Rancherío. Otros compositores inscritos en esta línea fueron Ramón Rodriguez Socas (1886-1957), con obras como la opera Urunday y la Sinfonía a Artigas; Vicente Ascone (1897-1979), nacido en Italia pero de formación uruguaya, que compuso la opera Paraná Guazú, el Nocturno sobre el rio Uruguay y la Rapsodia Criolla para piano y orquesta, y Carlos Giucci (1904-1958), creador del ballet indígena Yuka Tatu y de numerosas obras para orquesta, voz y piano.



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